
La última voluntad de un difunto permanece en nuestra memoria,
más intensamente si se trata de sus padres.
Aunque tenga que perder la vida, definitivamente le gustaría seguir la voluntad de su padre.
Los judíos pensaban que Jesús merecía su muerte. Quizá era la exhibición del miserable final de un falso profeta que blasfemaba contra Dios, o para otros podría haber sido el reflejo del fracaso de una vida. Para los romanos era el fin de un atroz criminal, o tan solo el final de un judío. Sin embargo, la muerte de Jesús era el cumplimiento de la salvación para la humanidad, un puro y noble regalo que nos libera de la muerte eterna.
Arresto e interrogatorio
Jesús fue llevado a juicio inmediatamente después de guardar la fiesta de la Pascua con sus discípulos. La traición del discípulo Judas fue un factor determinante que condujo a Jesús a su muerte, pero al mismo tiempo, también fue un factor decisivo en el cumplimiento de una importante profecía. Durante toda la noche, Jesús fue interrogado por el Sanedrín (Corte Suprema judía). De hecho, era un acto ilícito ir contra la ley que prohibía el proceso de juicio en la noche. Mientras era humillado para ser llevado a juicio, sus discípulos huyeron, e incluso Pedro, su mejor discípulo, lo traicionó. Después del interrogatorio del sumo sacerdote Caifás, los israelitas decidieron ejecutar a Jesús.
Judá era tributario de Roma y no tenía la autoridad de ejecutar a un criminal. Para ejecutar a Jesús, necesitaban recibir la ayuda de los romanos. Durante este período, por la orden de Tiberio Claudio César Nerón hijo de Augusto (14-37 d. C.), Poncio Pilato (26-36 d. C.) era el gobernador designado en Judá. 1) Los judíos llevaron a Jesús ante la residencia oficial de Pilato y allí continuó con un segundo interrogatorio. Aunque Pilato no pudo encontrar ninguna evidencia de crimen por parte de Jesús, dejó el juicio a los judíos. Ellos exigían ejecutar a Jesús en la cruz por el pecado de llamarse a sí mismo “rey de los judíos” y “Dios”, lo cual consideraban pecado de blasfemia.
La pena de muerte y el destino
Inmediatamente después del juicio, se llevó a cabo la ejecución. Los soldados romanos comenzaron a azotar a Jesús, lo cual era el primer procedimiento de la crucifixión. Piezas de hierro afilado o fragmentos de huesos que colgaban del látigo fueron diseñados para herir al prisionero. Era una acción para causar un sangrado excesivo, para acelerar la muerte del prisionero en la cruz. Esto no puede considerarse un castigo leve, ya que el látigo arrancaba la carne y causaba heridas que exponían los huesos, o causaba que salieran las entrañas.
Mutilando todo el cuerpo de Jesús, los soldados romanos pusieron una corona de espinas sobre su cabeza y lo vistieron con un manto de escarlata, el color usado por los reyes. Se arrodillaron delante de Él y se burlaron, diciendo: “Salve, Rey de los judíos”, y algunos le escupían y golpeaban la cabeza con una caña. Los judíos no pudieron reconocer al Dios Altísimo que vino como el Rey espiritual de los judíos.
Entre burlas y el desprecio de los judíos y soldados, Jesús se arrastró hasta el monte llamado Gólgota (en hebreo se asemeja a gulgoteh, cráneo). 2) Antes de que Jesús fuera crucificado, le hicieron beber vino mezclado con mirra, un analgésico para aliviar el dolor, pero se negó a tomarlo. Después, empezó la crucifixión. Los soldados lo ataron a la cruz y clavaron sin piedad los clavos en sus manos y pies, lo cual sucedió el viernes, alrededor de las nueve de la mañana. Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS, y también había dos ladrones crucificados con Él.
La crucifixión es el castigo en el que se ejerce una gran cantidad de dolor. Los prisioneros deben enfrentar el dolor de la muerte que se acerca lentamente mientras están colgados en la cruz. Debido a los penetrantes clavos, los prisioneros perdían una gran cantidad de sangre. Ya que sus manos no podían mantener el peso de su cuerpo, a veces sus manos se rasgaban. La excesiva pérdida de sangre causaba dolores de cabeza y fiebre alta que deshidrataba su cuerpo al sudar. El sofocante sol de Palestina incrementaba el dolor de los prisioneros en todo su cuerpo. Para respirar un poco, tenían que estirar las piernas, lo cual les causaba un profundo dolor en todo el cuerpo. Quisieran o no, esto se repetía en tanto pudieran respirar. Soportando el dolor de las heridas, el sangrado, los dolores de cabeza, la fiebre alta, el agotamiento por la sed, el hambre y los escalofríos, se desmayaban y despertaban repetidamente. Lentamente, en un profundo dolor, encontraban su muerte.
Incluso toda la creación no podría soportar ver esa cruel escena. Alrededor del mediodía, el sol perdió su brillo y tinieblas cubrieron todo el mundo; la oscuridad duró tres horas. Aproximadamente a las tres de la tarde, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo, y la tierra tembló. Esto implica la muerte de Jesús. Los israelitas le pidieron a Pilato que se quebraran las piernas de los criminales y que se retiraran sus cuerpos. La razón por la cual las piernas tenían que ser quebradas, era una especie de eutanasia que les impedía a los prisioneros seguir respirando, porque las piernas soportan la parte superior del cuerpo que permite la respiración. Los romanos quebraron las piernas de los dos ladrones. No obstante, ya que Jesús había muerto, uno de los soldados romanos llamado Longino, atravesó su costado y con esto se cumplió otra profecía (Éx. 12:46, 1 Co. 5:7, Jn. 19:32-37).
La Pascua y el testamento
“Consumado es.”
Una de las siete palabras, llamadas las Siete Palabras de Jesús en la Cruz, que dijo mientras era sacrificado. Entonces, ¿qué consumó en la tierra? ¿Qué fue consumado? ¿Qué quería cumplir Jesús a través de su muerte?
La última cena fue cuando Jesús y sus discípulos comieron la Pascua, y lo que Jesús dijo esa noche se convirtió en su testamento, el primer día de la Fiesta de los Panes sin Levadura. Jesús mandó a sus discípulos en un encargo especial, preparar un lugar para la Pascua. Se preparó el aposento alto que le pertenecía a Marcos, y Jesús se sentó allí con sus discípulos. El tema de la pintura La última cena, del artista italiano Leonardo Da Vinci, se tomó de este versículo.
“¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca!”
Jesús tomó el pan y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: “Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí”. Asimismo tomó también la copa, dio gracias y dijo: “Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados”. Esto cumplió la promesa de las palabras de Jesús: “El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna”. En otras palabras, si comemos el pan y bebemos el vino de la Pascua que simbolizan la carne y la sangre de Jesús, podemos recibir la vida eterna.
Durante aquellos días, cuando llegaba el decimocuarto día del primer mes según el calendario sagrado, el pueblo sacrificaba un cordero de un año según la ley de Moisés, ponían la sangre en los postes y en el dintel de las casas, asaban el cordero y lo comían. Sin embargo, Jesús estableció una nueva ley para que participaran en su carne y su sangre con el pan y el vino de la Pascua. Para los pecados de la humanidad, el derramamiento de la preciosa sangre en la cruz con su sacrificio extremo se convirtió en el resultado de la Pascua.
Hebreos 9:16-22 “Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador. Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive. De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre. […] Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.”
Antes de que Jesús fuera sacrificado en la cruz, guardó la Pascua del nuevo pacto, que es la promesa del perdón de pecados y la vida eterna, y dejó la Pascua como su testamento. Hizo la Pascua efectiva al sacrificar y derramar su sangre en la cruz, lo cual logró últimamente. La Pascua del nuevo pacto contiene la sorprendente autoridad de Dios, su misterio, su gran amor y su sacrificio. El testamento de Dios Padre penetra intensamente en el corazón de sus hijos. Sin embargo, ya que la Pascua del nuevo pacto establecida a través de la preciosa sangre de Jesús desapareció de la tierra, Jesús tenía que aparecer por segunda vez en esta tierra para entregar su último testamento a sus amados hijos.
Cristo Ahnsahnghong, quien es Jesús en su segunda venida y ha aparecido como el Rey David profético, restauró la Pascua que estaba escondida durante la Edad Oscura que comenzó en el año 325 d. C., y nos predicó durante 37 años. Y Él nos reveló a nuestra Madre celestial, la realidad del nuevo pacto, en la última Pascua. Damos gracias a Dios Padre Ahnsahnghong por recorrer el camino de amor y sacrificio de nuevo hasta establecer la Iglesia de Dios y por guiarnos a la Madre de vida. Esperamos que toda la humanidad reciba la bendición de la vida eterna recibiendo a Dios Padre y Dios Madre.
[Referencias]
1. Biblical Genealogy Abraham to Jesus Christ, Bennie Callis, 2005, p. 154
2. Dictionary.com, Golgotha
7 comentarios
Cristo Ahnsahnghong sacrificó por nosotros para que podamos tener la vida eterna.
Antes vi una pelicula “La Pasión de Jesucristo“, esta pelicula conmovió mucho mi mente.
No podía imaginar el sufrimiento de Jesús, ni pensarlo.
Viendo esto entendí más el sacrificio de Jesús. ´
Doy gracias a Dios por haber padecido por nosotros en lo profundo de mi corazón.
Tenemos que comprender por qué Jesús debía ir al camino tan duro y rudo.
Y ¿qué es lo que quería darnos? ¿por qué rasgó su carne y derramó su sangre tanto?
Al final, ¿qué nos dejó?¿cuál es su testamento?
Es la Pascua del nuevo pacto. Por lo cual podemos obtener la vida eterna.
Como los padres dan la vida a sus hijos dando su carne y sangre, Dios dio la vida eterna dandonos su carne y su sangre a través de la Pascua. Por eso, estableció la Pascua como su último testamento.
A fin de salvarse, debemos guardar la Pascua sin falta.
Si no celebra la Pascua, no podemos ser salvos.
Celebremos la pascua y obtengamos la vida eterna en la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial.
Muchas gracias a Cristo Ahnsahnghong y a la Madre celestial por haber andado el camino del sacrificio para que nos den la vida eterna y las bendiciones celestiales.
Hace dos mil años Jesús sacrificó en la cruz y estableció la pascua del nuevo pacto para darnos la vida eterna.
Por su gran sacrificio podemos recibir la vida eterna.
Por el sacrificio de Dios Elohim, hemos podido recibir la vida eterna y el perdón de pecados. Gracias a Dios Elohim por su gran amor.
La muerte de Jesús era el cumplimiento de la salvación para la humanidad, un puro y noble regalo que nos libera de la muerte eterna…
Es verdad. Su muerte nos liberó de la muerte pero llevó demaciado dolor. Este gran amor nos ha salvado.
Doy mil gracias a Dios Padre y Dios Madre por su inmenso amor.
Doy gracias a Dios Padre por su amor…