La espera de mi padre

Esta es la fragancia de Dios de un miembro de la Igleisa de Dios Sociedad Misionera Mundial. Los miembros de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial creen en Cristo Ahnsahnghong y en Dios Madre, y esperan volver al reino de los cielos , nuesta eterna patria .

Hebreos 11:13-16 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

GH Kim, Alemania

“¿Estás comiendo bien? ¿Está todo bien?”
Mi padre siempre me pregunta lo mismo cada vez que me llama. Aunque ya no soy una niña, él siempre me pregunta si como normalmente o si tengo algún problema.

Han pasado casi tres años desde que me independicé de mi familia por mis estudios. Cuando estaba estudiando en Seúl, visitaba a mi familia cada mes, pero desde que vine a Alemania, no he podido ver a mis padres por más de un año. Entre tanto, mi familia se mudó a los Estados Unidos debido a un largo viaje de trabajo de mi padre. Extrañaba mucho a mi familia, y afortunadamente tuve una oportunidad de visitar a mis padres en los Estados Unidos.
“¡Ven rápido! ¡Prepararé muchas comidas sabrosas para ti!”
Mi madre me dijo esto por teléfono el día anterior de mi partida. Su voz se oía llena de emoción. Yo también me emocioné mucho.
Llegué bien a un aeropuerto de Holanda, donde tenía que hacer trasbordo a otro avión. Solo me quedaba abordar el avión a Estados Unidos, y podría ver a mis padres a quienes tanto echaba de menos. Pero algo inesperado ocurrió. No pude abordar el avión a Estados Unidos aunque estaba justo delante de mí, porque no había preparado todos los documentos necesarios para ingresar a los Estados Unidos. Me dejé caer al suelo. Estaba preocupada, porque no sabía qué hacer en un aeropuerto extraño para mí, donde no podía hacerme entender, pero más que eso me sentía ansiosa por mis padres, porque se sentirían muy tristes al escuchar esto. Llamé por teléfono a mis padres con el corazón destrozado. Después de escuchar toda la historia, mi padre no dijo nada por un momento, quizás porque estaba abrumado. Rompiendo el silencio, mi padre me dijo con voz muy triste.
“Debiste haber preparado todo más cuidadosamente. Ya casi estás aquí… ¿Realmente no puedes venir a casa?”
Apenas colgué el teléfono, rompí en llanto. Me sentía muy triste por el hecho de haber decepcionado a mi padre, que había estado anhelando ansiosamente ver a su hija.
“Estaba tan feliz de escuchar que lo visitaría…”

Llorando en un rincón del aeropuerto, me acordé de otra persona: nuestro Padre celestial que está esperando ansiosamente que sus hijos regresen al cielo, nuestro hogar espiritual. En ese momento las lágrimas inundaron mi rostro. Si estoy ante la puerta del cielo pero no puedo entrar por no estar completamente preparada, ¡qué triste y desconsolado se sentirá el Padre celestial!

No quiero repetir el mismo error tontamente. Prepararé todas las cosas necesarias para entrar en el reino de los cielos: sacrificio, humildad, amor, paciencia y muchas otras cosas, para no decepcionar al Padre celestial cuando pase por migraciones del reino de los cielos. Espero con ansias el día en que pueda entrar en el reino celestial y reunirme con mi Padre, a quien tanto echo de menos.