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Paul  Wells, EE UU


Yo soy de Ravena del estado de Nueva York. Pero tengo otra patria. Es Corea, la patria de mi corazón.

En abril de 2007, después de terminar la formación básica militar en Texas en los Estados Unidos, fui enviado a Corea. Cuando había vencido el cambio de horario y adaptado mi vida en un país extranjero, encontré dos ángeles de la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial. Ellos hablaban bien el inglés y me predicaron acerca de la Madre celestial,Dios Madre. ¡Madre celestial! Nunca había escuchado esta palabra, pero me sonaba familiar.

En secundaria, tenía clases de religión católica. Mi profesor siempre decía Dios “Padre”. Cada vez que escuchaba esto, pensaba: “¿Por qué no puede haber Dios Madre?”

¡La Madre celestial vino a esta tierra para encontrarme!


Aprendí diligentemente la palabra de Dios en Sion, y leía los libros del Padre celestial Crisro Ahnsahnghong en casa. Al leer los libros, sentía dos cosas: la primera era que el Padre Cristo Ahnsahnghong que nos dio esta verdad era Dios mismo; la segunda era que recibí mucha bendición. Hay muchas personas como la arena del mar, pero Dios dio las palabras de vida a quien no es nada especial, las cuales son dadas solo a los que aceptan la verdad. Agradecí a Dios por su gracia.

Después de unos meses, fui destacado a la base de Aviano, Italia. Cuando estaba realizando el entrenamiento básico en Texas, ya había solicitado ir a Italia, no a Corea. Por tanto, Corea era un país donde fui enviado aunque no lo había solicitado. Pensaba en la razón por la que Dios me envió a Corea antes de ir a Italia. No había Sion en Aviano. Por consiguiente, allá no había nadie realizando la obra del evangelio. Dios me llamó para el recado de sembrar las semillas del evangelio por primera vez en la tierra espiritualmente árida. Sintiéndome responsable, también sentí que había recibido una “oportunidad” de realizar la misión mundial.
Aviano es una tierra pequeña que está a ocho horas de distancia desde Roma, la capital de Italia.

Después del trabajo, mi esposa y yo íbamos todos los días a una pequeña ciudad llamada Pordenone cerca de Aviano, para predicar el evangelio. Al principio, enfrentamos muchos sufrimientos porque no podíamos hablar italiano. Y aunque hubiéramos podido predicar en italiano, la gente no nos habría escuchado. Cuando les decíamos que estábamos predicando la Biblia, no nos querían escuchar, y a veces se reían de nosotros porque pensaban que era ridículo que los extranjeros predicaran la Biblia a los italianos. Ellos se sentían muy orgullosos de que Italia fuera la cuna de la Iglesia Católica, de la cual ellos son sucesores.

Durante meses, solo mi esposa y yo estábamos en la Casa-Iglesia. Me sentía solo y triste. Extrañaba a los hermanos y hermanas, y especialmente a la Madre celestial, a quien había visto frecuentemente en Corea. Comprendí el sacrificio del Padre y la Madre que recorrieron el camino solitario del evangelio para encontrar a sus hijos perdidos. El Padre y la Madre dejaron atrás toda su gloria del cielo y vinieron a esta tierra. Ellos llamaban ansiosamente: “¡Mis hijos!”, “¡Mis hijas!”, pero los hijos los rechazaron. Esto debe de haber sido muy duro para ellos. Pensando en su sacrificio, otra vez empecé a tener ánimo. Como los grupos misioneros de corto y largo plazo del extranjero que llevaban mucho fruto con fe firme sin desanimarse, predicábamos el evangelio a la gente, escucharan o dejaran de escuchar, con la esperanza de que también encontraríamos a nuestros hermanos y hermanas que estaban esperando la voz de la Madre.

Diez meses después de dejar Corea, finalmente pudimos ver el primer fruto. Una estudiante, que había estudiado la verdad durante dos meses, finalmente reconoció la verdad y se convirtió en hija de Dios. Parecía que una lluvia oportuna había empapado la tierra seca. La refrescante lluvia seguía empapando Aviano.
Llegué a conocer a un aviador que trabajaba para las fuerzas de seguridad, quien revisó mi documento de identidad en la puerta de la base, y lo invitamos a cenar. Cuando le predicamos la palabra de Dios, quedó muy sorprendido y recibió la verdad. Después de guardar la pascua, dijo: “Ahora puedo comprender la razón por la que fui destacado a Italia.” Definitivamente había almas que estaban esperando la verdad. Comprendí una vez más que el Padre y la Madre me enviaron a Italia para encontrar esas almas, y empezamos a predicar con más valor.

El verano pasado, el Padre y la Madre nos enviaron un grupo misionero de corto plazo desde Corea y un misionero de la Sion de Roma. Junto con ellos, predicamos en todas las calles. Coloreamos en el mapa las zonas donde habíamos predicado. Ya que se nos unió el grupo misionero de corto plazo, el mapa se llenó rápidamente sin dejar un solo vacío. El hermano James, que fue encontrado durante la misión de corto plazo, es un fruto más precioso que una joya. Él había estado buscando la verdad durante mucho tiempo. Cuando escuchó la verdad acerca de la Madre celestial, quedó muy emocionado y lleno de alegría. Días después guió a su hija y a su sobrina a Sion. Ahora guía los cultos y cuida Sion. Oro para que en el cielo encuentre al hermano James y a los demás hermanos y hermanas amados de Aviano.

Italia era una tierra árida del evangelio. Pero encontrando uno tras otro a los hermanos y hermanas como las joyas, pude comprender el amor del Padre y la Madre. Doy gracias al Padre Cristo Ahnsahnghonge y a la Madre por permitirme comprender el gozo de la predicación a través de los buenos frutos. Después de cumplir mi misión en Italia, he regresado a Corea. Hubiera podido ir a los Estados Unidos donde nací y crecí o ir a otro país. Pero quise venir a Corea. Esto es porque Corea es la patria de mi corazón donde está nuestra Madre celestial.

Tengo un sueño que quiero cumplir en Corea: llevar buenos frutos que cumplan la misión mundial. Los soldados de EE. UU. que trabajan en Corea son enviados a muchos lugares del mundo. Si reciben la verdad en Corea y van a diferentes lugares donde aún no está Sion, al igual que yo, la misión mundial se cumplirá rápidamente. Continuaré esforzándome por predicar el evangelio con el corazón de la Madre que está buscando ansiosamente a sus hijos perdidos. Doy gracias a Dios Madre por permitirme la bendición de regresar a Corea para el evangelio.

La carrera de la fe
Desde que tenemos las palabras de vida en la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial
 

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3 comentarios

  1. Isabella says:

    El evangelio comienza en Corea debido a segunda venida de Cristo Ahnsahnghong.Esto es profetizado en la Biblia para que viniera Cristo en su segunda venida en Corea. Cristo Ahnsahnghong vino a Corea con el nuevo pacto. Así empezó el evangelio y Corea es el país de origen del evangelio. El evangelio se alumbre desde oriente hasta occidente, desde Corea a todo el mundo.

  2. ester says:

    Que hermosa esta fragancía de Sion!
    Si escudriña la biblia , puede entender que Cristo Ahnsahnghong es nuestro Dios y nuestro Padre Celestial
    Es igual a la Madre Celestial (Dios Madre).
    La vida física es dada por sus padres fisicos, así también la vida espiritual es dada por los padres espiritual, Dios Padre y Dios Madre
    y finalmente la es dada por Dios Madre.
    Estoy muy agradecido porque soy hija de Dios Padre y de Dios Madre y estoy muy feliz porque puedo buscar a la femilia celestial que perdidó en el cielo.

  3. alma says:

    La Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial(IDDSMM) fue establecida por Cristo Ahnsahnghong.
    Cuando empieza el evangelio de la Iglesia de Dios Sociedad Mundial(IDDSMM) Cristo Ahnsahnghong sufría mucho para buscar sus hijos perdidos.
    Por su gran sacrificio podíamos buscar la verdad de vida.
    Asimismo todavía en el mundo hay muchas personas quienes buscan la verdad de Dios.
    Por lo tanto, predicaré diligentemente para que puedan escuchar la verdad de Dios en todo el mundo.

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